viernes, junio 26, 2015

ROMA, LA CIUDAD ETERNA


Ella camina por una ciudad antigua. Una ciudad antigua y venerada, cuya historia se lee en los libros. Una montaña de libros que se apilan como un hermoso fósil o un obelisco.

Ella camina. Otra mujer que va con ella guía sus pasos, le habla de esa piedra oscura, centenaria que cubre el pavimento en pequeños rectángulos, Sanpietrini se llama.. Ella le advierte el daño producido en sus rodillas. Caminar Roma no es sencillo para quien cumple años que se apilan como libros parlantes en cada hueso, en cada músculo de sus piernas inquietas. El Sanpietrini derrota al caminante que se empeña en subir colinas. Siete hay en Roma y todas guardan en su interior un verso o un poema, cuyas vistas, ritmo y cadencia va encantando al viajero.


 Las rodillas, son otra cosa. Ellas aguantan, esperan y se conforman...Una parada en la Plaza España es suficiente para tomar fuerzas. Una cerveza como suero; la Peroni no está mal, allí entre turistas. Un descanso ante tanta belleza recordada, un poco de evasión, tras tanto impacto de historia y arte atravesando sus venas. Porque no puede ser igual el pulso tras el recuerdo antes visto de esa otra plaza; la plaza Navona...así tal como ella la vio, temprano sin apenas turistas, antes de que el sol, joven y valiente venciera a la luna como cantaba Loles. Al amanecer ella vio la plaza de las Tres Fuentes, la  plaza Navona que no cesa en su delirio. Hechizada, en un amanecer nunca visto. Su forma oval, es la misma -dice la joven mujer- a la del circo romano que bajo sus pies la sustenta.  Majestuosos palacios y una iglesia la circunda...


Las Fuentes; no una, sino tres, como las tres Gracias o las tres Virtudes, allí, mostrando exuberancia y belleza. Justo en el centro -la mujer le dice- está la Fontana dei quattro Fiumi; Fuente de los Ríos. Representa a los cuatro grandes ríos unos gigantes esculpidos en piedra blanca que resulta ser en Ganges, el Danubio, el de la Plata y el Nilo. En el centro, amo y dueño; Nepturno y un obelisco mirando al cielo, como invitándote a ascender.



 La cerveza está fresca y rica, tras tanto derroche de hermosura. Mientras las rodillas reposan ella piensa en esos otros pintorescos y pequeños rincones menos visibles al turista pero que ella ya conoce. Ella entonces coge el cuaderno de viaje y empieza a escribir. Escribe lo que le viene a su mente. Una mente que ahora discurre extraña; imágenes caóticas, visiones que se arremolinan, pequeños fulgores que suscitan alguna reflexión. Apenas tiene tiempo de escribir. Ahora no  es tiempo de escribir, se dice, es tiempo de sentir. Y mira el rostro joven de esa otra mujer que está a su lado. La observa y sabe que al igual que ella, algo en su interior la mueve. La ve dichosa de ser por unos días su lazarillo, su guía, su cicerone... Ella bien conoce la ciudad, sus entresijos. Conoce el idioma y a sus residentes, pero también está de paso y eso , en cierta forma la entristece. Por eso las dos mujeres ríen y se sienten dichosas y agradecidas.




Roma es peligro de caminante, le dijo la mujer joven. También ella sabía de la existencia de ese libro del poeta Rafael Alberti, ese libro escrito, como otros muchos en el exilio y que refleja en versos un trozo de su vida vivida en la Ciudad Eterna. Por eso, allí en la escalinata de la Plaza España, divertida, viendo el transitar de los turistas, recuerda ese primer día de su llegada a Roma en su visita al Trastevere. Su etimología:  Detrás del río Tevere o Tiber -le dijo- Allí está la esencia del ser romano y allí, en una buhardilla es que pintaba y escribía sus versos el ilustre poeta gaditano. Entonces, recuerda, era el primer día de su llegada y sus rodillas estaban intactas. Aún no se había desatado sus piernas en un ir para allá de asombros. Era de noche y de noche todo cambia. -Mañana saldremos al amanecer para que goces y veas las estrechas y recoletas calles- Ahora de noche es una feria: gente de toda procedencia se congregan; bohemios, intelectuales, gente joven, estudiantes y turistas atiborran las calles y las plazas....




Y esa mañana ella se adelantó a su tiempo. Morfeo sabía esperar y antes del amanecer ella escribía, escribía...Desconfiada era de su memoria. Se acordaba de Giulia, esa pequeña de solo ocho años que la joven mujer le presentara. Lleva menos de un año cuidándola, ayudándola en los deberes, conviviendo junto a su familia. Una familia que se empeña en invitarla a cenar el primer día de su llegada, en hacerle probar el vino rosado y espumoso que sabe, se descorchó en su honor. Ella probó la exquisitez del vino y del aceite. Degustó la comida, esa comida de bienvenida y dio mil gracias por tantos honores con que fue tratada. Como prenda le regaló dos libros de su propia autoría: Pisadas sobre lienzo para Ricardo y Silvana y Horquillas en la ventana para la pequeña Giulia que con inmensas muestras de afecto supieron recibir. Luego el piano sonando las notas aprendidas, los acordes que la pequeña Giulia queria, quería mostrar a la recién llegada.



























El agua, ese elemento principal, que el filósofo griego, Tales de Miletos, pensara fuera el arché o principio y generador de toda vida, abunda en la Ciudad Eterna. Multitud de fuentes de agua potable encontraban ellas a su paso. -Éstas que ves, de apariencia sencillas y cilíndricas se la conocen con el nombre de Nasone, cuya etimología proviene de nasal- le dijo. Se fundamenta en esos dos pequeños orificios. Una boca más grande en la parte inferior donde ellas llenaban las botellas que tenían en el bolso. Si la intención es beber de la fuente, y no llenar la botella, solo habría que tapar con el dedo ese orificio inferior y el agua sale disparada hacia arriba por el otro orificio en un chorro fino donde posar los labios, abrir la boca se hacía fácil y se hacia grato, para así saborear tan fresca y preciada agua.





Todo eso recordaba ella en la escalinata de la Plaza España. Sentada en un lugar de sombra y observando esa otra hermosa fuente, menos fastuosa que la de Trevi o la de la Plaza Navona, pero no por eso menos bella e inspiradora; La Fontana della Barcaccia  (fuente del barco roto) se llama la fuente que a los pies de la escalinata contemplaba de lejos. Fue diseñada por el padre de Bernini,
dijo la joven, orgullosa, que no cesaba de mostrar todo aquello cuanto sabía, ejerciendo a la perfección, como buena historiadora del arte, su labor de guía.



















(Fragmento del cuaderno del viaje a Roma)

domingo, febrero 22, 2015

A LA LUZ DEL CELINDO; HOMENAJE AL POETA Y AMIGO DOMINGO F.FAÍLDE

Divertido y original cartel elaborado por Celia Aguilar.




Precioso y sentido Homenaje que los Amigos del poeta Domingo F. Faílde le rindieron este viernes en La Gitanería. 




Aquí os dejo una pequeña crónica de tan emotivo acto, donde venidos de Cádiz: Verónica Díaz y Antonio Flor nos deleitaron a todos con la sensibilidad y con la belleza de su música.



                                                   PRESENTACIÓN 


A alguien escuché decir que los poetas nunca mueren, sólo fingen estarlo. El once de febrero, hizo justo un año que el Poeta Domingo F.Faílde; ese chico malo al que le gustaba el rock can roll, está fingiendo una muerte que no es tal. Mas vivo que nunca permanece y permanecerá en la memoria de muchos de nosotros que lo conocimos. En su poesía; en los presentes y futuros lectores de su excelente y profusa obra.

Nacido en Linares y licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, ejerció de profesor de literatura en la ciudad de Algeciras, donde fue residente durante muchos años, antes de afincarse en Jerez.

Promotor de revistas y otras publicaciones, fue fundador de la Asociación Andaluza de Críticos literarios y coordinador del suplemento cultural: La Isla (del diario Europa Sur)   
Obteniendo numerosos premios y reconocimientos, y publicado más de una veintena de libros.

Cronológicamente pertenece a la generación de los Novísimos, aunque él se denominara a sí mismo de la generación del 68 del mayo francés.

Porque el hombre está solo en su misterio es que escribe poesía. Dijo en una ocasión cuando le preguntaron.

Exmilitante del partido comunista, no dejó de sentir también la palabra como alegato ante el poder que alinea, y contra aquellos que aceptan sin más su tiranía.

Poeta y escritor íntegro. Su poética es existencial, introspectiva, amatoria, pero también irónica y mordaz. Con esa melancolía andalusí -como dijera su gran amigo Juan José Tellez, al definir algunos de los rasgos de su poesía.

Tuve la suerte, como muchos de los que hoy estamos aquí, de conocerle, de haber compartido con él vino y mantel, junto a su esposa y Dolors Alberola. Y descubrir esa otra cara lúdica, divertida, algo canalla que nos hacía pasar veladas increíbles.

A ese Domingo, divertido, gozador, -batería de música de un grupo de rock can roll- amante de Jhon Lennon y de Lois Armstrong, a ese Domingo, que hubiera preferido ser mejor obispo o chica de cabaret, antes que poeta, que disfrutaba con la música de Edit Piaf y de un buen vino.

Amigo de Virgilio y de Catulo, pero capaz de levantarle la falda o darle un achuchón  a Celestina...a ese ilustre amigo, tertuliano de raza, del que tanto aprendimos y que nos hacia pensar y reír. A ese poeta que a la luz del celindo solo finge estar muerto, queremos rendir esta noche homenaje.

Porque ningún homenaje es bastante para un hombre, un poeta, un amigo, que con amor y humildad, lo dio todo por ese paraíso que habita siempre en la Poesía.

                                                                                             Isabel de Rueda


Álvaro Caputto presentando y dirigiendo el acto






Álvaro poco antes conectar con el más allá, y lograr, así, conexión en directo con el poeta homenajeado, creando uno de los muchos momentos mágicos que se vivieron en la Gitanería. 
Maravillosa voz de Verónica Díaz en un momento de su actuación  


Dolors Alberola leyendo unos poemas inéditos de su esposo Domingo Faílde

Emotiva actuación de Antonio Flor  poniendo voz a la poesía




Abriendo el acto de presentación
   La poeta Maribel Tejero 
El poeta Pedro Sanchez Snz 




Teresa Sibón 
Paqui Cortés Espinosa 






Chencho Ríoz Zocar 
Chencho Pintando con los dedos
un cuadro inspirado en Domingo
Espontáneo e ingenioso
poniendo agradecidas cotas de humor al acto 

Andrés Gago, amigo de Domingo

La poeta Isabel Berdugo
Toñi Zíngara amiga de Tertulia

El poeta Manuel Saborido Pastor
La poeta Carmen Saiz

El poeta de Benalup; Alejandro Pérez Guillén 

La voz  templada de Maria leyendo un poema del poeta

Dolors Alberola en uno de los momentos más emotivos






Un homenaje lleno de amor y alegría recordando al hombre y al poeta



El Poeta Domingo F. Faílde  recordando a ese chico malo que le gustaba el rock can roll
LA TROMPETA DEL FIN DEL MUNDO

Si de pronto sonara una trompeta,
si de pronto Louis Armstrong anunciase el apocalipsis,
no sucediera en vano
la hecatombe.
La muerte sería, entonces,
un jinete encendido con la lumbre dorada
de todos los crepúsculos del mundo,
y dulce y perfumada
su mortalidad...

Si de pronto sonara. Si de pronto,
con el oscuro grito de quien se sabe herido por el amor,
el mar se desbordase,
no haría falta que el cielo, desfondado,
su munición lanzara a los abismos,
pues saldríamos gozosos por calles y plazas,
exigiendo la anunciada consumación.

Si sonara, ay de mí,
quien parecer temiera en adelante.
Un sorbo de belleza con mirra en una lanza,
para morir en paz.

                            ( Domingo F. Faílde, Poema de la Antología Testamento de  Naúfrago )